- Técnica menos agresiva que la tradicional chapa y pintura.
- No hay variación de color, al mantenerse la pintura original.
- Disminución del período de inmovilización del vehículo, reduciendo así, gastos vehículo de sustitución.
- Eliminación del fraude por daños no existentes.
- Resultados garantizados a través de controles de calidad.
- No produce residuos, respeta el medio ambiente.
- Costes de material reducidos.
- Ahorro potencial de hasta el 60%, frente al método tradicional.
Antes y después de aplicar la técnica de varillas